En toda vida o carrera profesional surgen momentos, por propia decisión o como resultado de las decisiones de otros, en que nos enfrentamos a una situación
necesaria de cambio.
Para muchos ese momento se identifica con una desconexión más o menos brusca con las rutinas, las formas de entender su vida y el mundo que lo circunda. Además
surgen otros sentimientos o sensaciones en donde también podemos reconocer ese cambio. El desmantelamiento de los pilares que sustentaban nuestra realidad (forma de vida, fin de relaciones, etc.) y posiblemente un más que seguro desencanto con nuestros «héroes» o personas
a las que admirábamos por distintas razones. El resultado de esas vivencias suele ser una desorientación al ver, que todo cuanto éramos o teníamos, se desvanece.
Ahí marcamos un Adiós y entramos en un espacio neutral. Desde ese espacio/tiempo en que nos encontramos debemos apoyarnos en las enseñanzas de la etapa anterior, sin juicios ni creencias limitantes; sin pensamientos de
frustración o fracaso. Es el fin de una etapa, como viviremos muchas, y debemos sacar «la mejor de las tajadas» para llevarnos hacia el futuro la mochila cargada de todas las habilidades adquiridas, las experiencias vividas que nos aportaron y un más que necesario interés por conocernos y abrirnos al cambio.
Ver las posibilidades y abanico de caminos que se abren frente a nosotros, tener conciencia de nosotros mismos y nuestras capacidades, mirar al futuro para fijar nuestras metas y objetivos, y potenciar todo lo necesario para conseguirlo, es un paso esencial para no quedarnos anclados en un final, sino abrirnos a un nuevo principio.
Decir Hola al cambio, a lo nuevo, al camino que comenzamos a andar con todas las herramientas
en nuestras manos; seguros de lo que somos, queremos y podemos; y dirigirnos con paso firme, acción y decisión hacia nuestros fines, son algunas de las creencias necesarias para andar por nuestra vida llenos de posibilidades.
«tomar el libro de nuestra vida» de una estantería ficticia, leer el final, el «hasta ahora» para conocer las enseñanzas que ese tomo puede aportarnos, lo que nos queda tras su lectura; volverlo a dejar en un estante, dispuestos a olvidarlo; y tomar un tomo luminoso, de encuadernación de lujo, con páginas en blanco, donde poder escribir el futuro, conscientes de lo que queremos sean los distintos capítulos/logros, y lo que queremos sea destacable al final del mismo.
Es una buena metáfora, o juego imaginario, para entender el proceso y reforzar el entrenamiento con una fórmula creativa que nos permita descubrir cada etapa del cambio, de la transición que todos, en uno o varios momentos de nuestra vida, nos encontramos y sabremos afrontar perfectamente con la compañía de un buen coach.
Add Comment