Cómo gestionar tu duelo

 

Determinadas situaciones en nuestra vida se asemejan en cuanto a su complejidad sentimental, la sensación de pérdida irrecuperable y el sentimiento de vacío, a la pérdida de un ser querido. Igual que frente al fallecimiento de una persona cercana, las otras vivencias también precisan de un duelo que puedes aprender a gestionar de forma que te permita entender, aceptar y sobrellevar la experiencia vivida.

Todo duelo tiene sus fases y es bueno reconocerlas y vivirlas normalmente como parte del proceso.

  • La primera fase es el impacto o shock que es sencillamente una respuesta de defensa ante la agresión externa de una situación negativa y dolorosa. En este momento son muchas las respuestas de nuestra mente y nuestro organismo, basadas principalmente en la manera de comunicarnos la noticia. En esta situación es habitual que el impacto no nos permita aceptar la realidad, negándola, e incluso negándonos la necesidad de emocionarnos o sufrir por ella.

En este impacto o shock recomendamos: Debemos permitirnos sufrir y llorar la pérdida o la vivencia triste. En muchos casos puede ayudarnos hablar del tema con otras personas que hayan vivido lo mismo recientemente, leer algún libro o narración sobre una situación similar, o incluso buscar entretenimientos que nos emocionen (películas, canciones, etc.). Debemos permitirnos el momento de llorar y romper el impacto aunque nos lleve a la siguiente fase del duelo.

  • La segunda fase es la negación también es una respuesta evolutiva, pues negamos la evidencia hasta sentirnos con fuerza y capacidad para aceptarla. No obstante es una fase de riesgo pues su excesiva duración o mala gestión puede generar algunos problemas en quien la vive. En el caso de un fallecimiento suele ser cuando este es repentino o no hemos podido ver a la persona. En las otras vivencias sucede de manera similar, cuando nos han contado lo sucedido o nos han dado la noticia, pero no hemos formado parte de lo sucedido, de la vivencia, y tenemos que aceptar ahora las consecuencias en la distancia espacio-tiempo.

Para gestionar esta negación recomendamos: Es bueno visitar el lugar, a las personas cercanas que experimentaron lo sucedido, y que nos contemos a nosotros mismos, bien en voz alta, o redactándonos una carta, lo ocurrido. Poder contarlo, aunque sea a nosotros mismos, nos obliga a aceptarlo, y no nos permite mantener la negación demasiado tiempo.

  • La tercera fase es la ira que es una evolución de la negación, que responde más a un estado pasivo, hacia un estado activo o proyectado hacia el exterior. Se trata de una energía muy potente y desestabilizadora, dañina para la persona y su entorno. Esta ira debe ser canalizada y nunca negada o bloqueada, pues sus efectos nocivos para la persona, incluso físicamente, pueden perdurar en el tiempo más allá del duelo, si no se gestiona correctamente.

Para canalizar esta ira recomendamos: Es bueno tomar actividades de gran carga física. Cualquiera que sea fácil o habitual en la persona, llevándolas a un extremo considerable. Es recomendable hacerla en compañía para evitar riesgos y sobre todo para tener un “hombro donde llorar” cuando se rompa la ira y comience la tristeza o la ansiedad. También son positivas las actividades o terapias de gran expresión y emoción. Sirva el ejemplo habitual de ir a un lugar apartado a gritar con fuerza, o actividades que mezclan la terapia con la actuación o la dramaturgia.

  • La cuarta fase es la culpa o castigo que responde normalmente a una realidad común en nuestra vida. En muchos casos achacamos lo ocurrido o lo vinculamos a lo que no hicimos por esa persona o por esa situación, mezclándolo a su vez por una proyección de esa culpa hacia la otra persona o la propia vivencia por lo que nos ha hecho.

Para ese perdón necesario recomendamos: En este mismo blog publicamos hace algunas fechas un artículo relativo al ejercicio de la “La Carta de Gratitud y Perdón; pasar página con éxito y plenitud” que te ayudará para esta sobrellevar esta fase. http://archcoaching.net/la-carta-de-gratitud-y-perdon-pasar-pagina-con-exito-y-plenitud/

  • La quinta fase vivida es la de negociación que se representa con diálogos internos en los que la persona negocia con algún ente o fuerza superior la posibilidad de que esto no ocurra o se revierta. Muchos especialistas denominan a esta fase “la meseta” pues es un gran momento del proceso y representa una situación más equilibrada que nos acerca al final de nuestro duelo.

Para esa fase de negociación recomendamos: tomar un folio y escribir cómo se podría haber evitado y cómo no se pudo evitar. En este sentido cuando nos referimos al fallecimiento de una persona nos daremos cuenta de que es inevitable e irreversible, pero en las otras vivencias, podremos buscar enseñanzas y aprendizajes positivos para nuevas situaciones por vivir en nuestra vida.

  • La sexta fase es la tristeza-depresión que es una fase muy positiva a pesar de lo que experimentaremos: es el paso previo a la aceptación. Buscaremos estar en silencio, en soledad, llorar y sentir la tristeza. Siempre que sea de una forma comedida y en un tiempo limitado no será un problema, tan sólo una necesidad natural.

Para sobrellevar esta tristeza recomendamos: Permitámonos estar solos, pero marquemos un tiempo (poner una alarma en el móvil o similar). En ese tiempo forcemos el recuerdo y la emoción para canalizar nuestra tristeza a través del llanto. Pero no nos quedemos en eso. En este tiempo es muy necesario que busquemos actividades constantes y ocupemos el tiempo. La tristeza es positiva siempre y cuando no derive en una situación de espiral y constante en el tiempo.

  • La última fase es la de la aceptación que representa el final de nuestro duelo y la meta de nuestro camino, del que debemos haber recogido enseñanzas y vivencias que nos ayuden a continuar con nuestra vida. Por tanto debe existir agradecimiento y serenidad de recuerdo.

Para mejorar la aceptación recomendamos: Recuerda la vivido durante el duelo redactándolo en alguna carta para releerlo cada vez que quieras, y por otra parte márcate objetivos o reorganiza tu vida teniendo en cuenta tu nueva situación.

 

Estamos seguros que estos consejos te servirán cuando alguna vivencia o situación te genere la necesidad sana de un duelo. Si los tienes en cuenta te garantizamos que lo vivirás de forma plena y terminarás resurgiendo con nuevas ideas, objetivos, aprendizajes y metas vitales. Eres el mejor motor de tu vida. Incluso cuando no puedes, sigues viviendo con fuerza. Confía en ti y sigue tu camino.

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