“lo siento, pero es la verdad”. Lo que para muchos es una declaración de principios y coherencia, y por tanto lo valoran como una virtud personal, puede ser una de las fórmulas más sangrantes de cercenar una relación personal o laboral por un sencillo error comunicativo.
La verdad puede ser un valor absoluto, pero no lo es la forma de comunicarla. Podríamos enumerar propuestas y frases convencionales para expresar a alguien nuestra opinión o crítica de forma sutil o menos hiriente, pero entendemos que la mejor fórmula para hacerlo es intentar situarnos en la posición de nuestro interlocutor y explorar las conversaciones desde distintos puntos de vista.
Muchas dinámicas olvidan que al otro lado de la mesa o de la conversación se encuentra una persona que también se comunica, reacciona y responde a nuestras ideas. Hemos participado en actividades en las que se nos propone “un guión” para plantear nuestra opinión o crítica, pero que olvidan entrenar con nosotros posibles bloqueos y sistemáticos “jaques” en la comunicación.
Ampliar nuestras capacidades con una comunicación creativa, que nos permita girar nuestro vocabulario o nuestro mensaje; establecer vías de acercamiento y comprensión; o saber dibujar nuevas composiciones de la misma idea de forma más asertiva, nos darán mayor capacidad de hacer de una exposición de opinión o crítica y un diálogo fructífero y enriquecedor.
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