El programa que ha arrasado todas las cuotas de audiencia que se conocían en televisión en los últimos tiempos incluye en su formato la figura del “Coach” como innovación o modernización del concepto manager, profesor, jurado, etc. Parece que la moda de incluir a todo en el “saco roto del Coaching” y a cualquier profesional de un sinfín de materias bajo el paraguas de “Coach” comienza a tomar cotas altas, y lo que es peor, enturbiar el concepto que la sociedad tiene de esto.
Según el papel que juegan Bisbal, Malú, Rosario y Melendi en este programa ¿Qué debería ser un Coach? Un ser amigable, sentimental, emotivo, que en los ensayos enseña lo que su “coachee” debe hacer, expresando una opinión o un juicio; y en las llamadas galas o batallas juzga y elige, en muchos casos, expresando criterios incoherentes, para eso mismo. Por tanto ¿Nos encontramos ante un Coach o un profesor-jurado? En algunos casos ni siquiera se cumplen principios tan básicos como que el cliente es el centro del proceso, o la creatividad en el mismo, ofrecer un buen feedback, además de los ya mencionados de no emitir valores o juicios, etc.
¿Se puede hacer Coaching Musical?Por supuesto. El Coaching es una filosofía aplicable a cualquier objetivo, y por tanto, a cualquier desarrollo personal o profesional. En el caso de la música es una de las áreas, como en casi todas las artes, donde el Coaching, como la PNL o el Mentoring tienen una especial relevancia por lo beneficioso y potenciador.
Se trataría, en el caso de trabajar desde el Coaching, de trabajar por objetivos el desarrollo del artista, y por tanto, comprometiéndose a acciones y responsabilidades durante el proceso, trabajando valores y habilidades que ya son del artista pero que merecen ser potenciadas, etc. Todo esto guiándonos por los ya trabajados principios del Coaching, y sobre todo por una concepción básica y esencial: El cliente es el centro del proceso, por lo que el Coach no sabe las respuestas, sólo las preguntas.
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