Atención Plena

Constantemente en formación, ampliando conocimientos y experiencias, nuestro equipo tomó contacto hace unos meses con una filosofía de vida y sus herramientas: el conocido como “Mindfullness” que se ha castellanizado como “Atención Plena” o “Conciencia Plena”.

Tan antiguo como la propia filosofía budista, se conoce en esa cultura como la práctica de shamatha-vipashyana. Una herramienta de sincronización a través de la meditación, pero también de otras herramientas, del cuerpo-mente-alma.

En occidente conocemos especialmente esta filosofía a través de las enseñanzas de ChogyämTrungpaRinpoche, que al profundizar en la mirada occidental se da cuenta de que lo que en su Tibet natal es Budismo en occidente pretende llamarse Psicología. Nos alejamos por tanto de la base psíquica de la psicología y nos adentramos en la conducta como materia de estudio.

No obstante, esa “atención plena” o “conciencia plena” surte de un gran potencial al Coaching perspectivista u holístico, practicado sobre todo en Europa y Latinoamérica. La conciencia del «aquí y el ahora», el presente pleno y consciente, el dominio de la experiencia de hoy, se encuentra arraigada desde sus inicios en el Coaching, siendo un gran motor de conocimiento y autoconocimiento, de motivación y, por supuesto, de decisión y compromiso hacia los objetivos.

Ese equilibrio cuerpo-mente-alma define perfectamente el esfuerzo del Coaching perspectivista u holístico, alejándose de un Coaching meramente acción norteamericano, sin reflexión ni conciencia anterior. Una apuesta porque todo aquello que nos conforma se dirija con igual fuerza y compromiso hacia nuestros objetivos. Pero no de forma autómata o simplemente motriz, sino consciente de cada uno de los pasos, y consecuente con cada una de las reacciones del entorno en nuestro camino.

Son muchas las aplicaciones que en Psicología y Medicina tiene esta materia en boga. Pero, sin fijarnos en sus propuestas o usos terapéuticos, podemos encontrar en nuestro día a día excepcionales beneficios para nuestros cambios de vida, hábitos nocivos, creencias limitantes, propuestas de nuevos objetivos, o eliminación de los miedos.

Te proponemos uno de los ejercicios más comunes que se desarrollan en esta filosofía: “la pasa”. Sí, una sencilla pasa nos va a dar la experiencia y la clave para entender esta sorprendente herramienta.

Toma una pasa, ponla sobre una mesa frente a ti. Intenta dejar la mente en blanco con un sencillo ejercicio de respiración o una relajación marcada. Ahora observa durante varios minutos la pasa. Observa con la mente en blanco pero con los sentidos llevados a su enésima potencia. Disfruta de sus distintos matices de colores, sus rugosidades, incluso intenta imaginar su textura y sabor. Pero todavía no la comas.

El siguiente paso será ponerla en una mano. Cierra los ojos y recorre la geografía del fruto como si fuera un mapa del tesoro que precisas recordar con detalle.

Ahora toca el turno del gusto. Colócala en la boca, sin morderla. Tratando a la pasa como un ser vivo que debe perdurar en tu boca sin ser violentada. Averigua los matices de su sabor, el tacto y textura de su piel, a su paso por las distintas partes de la boca.

Luego muérdela, mastícala e intenta seguir el recorrido del fruto por tu cuerpo, como si fuera también parte de él y pudieras mantener una conexión con su recorrido.

Al final, habrás conseguido estar varios minutos desconectado del mundo, de todos los agentes externos, consciente plenamente de un momento tan sencillo y complejo a la vez, que ha merecido tu atención y conciencia plena.

En un mundo meramente visual, donde el impacto de las imágenes es propicio para la distracción o la multitarea, hemos olvidado el placer de dedicar toda nuestra atención y sentidos a una sola cosa, a un único proceso, a tan sólo una tarea, llevando ésta a la perfección y excelencia merecida. Hemos dejado de disfrutar las experiencias únicas que laten en cada pequeño paso vital que realizamos.

Hemos convertido el trabajo en rutinas, los placeres de la vida en meros trámites (alimentación, descanso, ocio, relaciones personales, aprendizaje, información) y lo que es aún peor, hemos reducido a la suficiencia nuestra vida, en vez de alcanzar la plenitud y el éxito en cada cosa que hacemos, pensamos, sentimos y experimentamos.

La acción sin preguntas ni conciencia, la pérdida del tiempo previo y posterior a cada cosa, la velocidad y el volumen de actividades diarias, nos han hecho creernos más capaces, más singulares y más exitosos.

Son muchas las corrientes culturales de nuevo auge que abogan por la vida lenta, reducir nuestro nivel de acción, y sustituirlo por la mayor conciencia y disfrute de cada experiencia.

Desde Arch. Coaching abogamos por un cambio consciente y pleno. Por una vida de experiencia mayúscula. Creemos que cualquier cambio vital y cualquier objetivo fijado debe saber estar en todos los planos del ser humano, buscando ese equilibrio entre cuerpo-mente-alma, y por tanto, en el “yo como ser” y en el “yo como entorno”.

Te invitamos a consultarnos sobre este y otros temas. Será un placer ofrecerte toda la información y acompañarte en el descubrimiento de sus beneficios con una sesión gratuita on-line de Coaching.

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